¿Quieres hacer una ruta por Bélgica en tren?, ¿buscas qué ver en Bélgica en 4 días? Te contamos nuestra experiencia, donde estuvimos durante 4 días disfrutando de Bélgica y moviéndonos en tren. Visitamos Bruselas, Gante, Brujas, Amberes y Malinas. 

En el norte de Bélgica se encuentra la región de Flandes, cuna del arte flamenco y de artistas tan reconocidos como Jan van Eyck, Pieter Bruegel el Viejo y Pieter Paul Rubens. Pasear por las calles y plazas de estos lugares es conocer los lugares que los inspiraron.

Sus 6 ciudades más importantes son Bruselas, Amberes, Brujas, Gante, Lovaina y Malinas. Todas están conectadas perfectamente por tren, por lo que recorrerlas te resultará sencillo. Nosotros hicimos una ruta un poco sobre la marcha, porque no sabíamos lo que nos daría tiempo, así que os contamos como lo hicimos nosotros por si os sirve de inspiración. ¡Disfrutad mucho! Es un país que merece la pena.

Ruta por Bélgica en 4 días

En nuestra ruta por Bélgica en 4 días, el recorrido fue el siguiente:

Día 1. Bruselas

Llegamos a Bruselas muy temprano, ya que nuestro avión salió a las 7 de la mañana de Sevilla. Volamos con ryanair al aeropuerto de Charleroi. Una vez allí, cogimos un shuttle que nos llevó en 45 minutos a la estación Gare du Midi. Desde la estación, cogimos un tranvía que nos dejó a 2 minutos a pie de nuestro alojamiento. Bruselas fue nuestra base durante las 4 noches que allí pasamos.

Pasamos el día completo visitando la ciudad. Al empezar desde por la mañana, nos dio tiempo a recorrer casi todos los puntos imprescindibles que ver en Bruselas, a falta de algunos que fuimos completando los siguientes días. Para comer, pillamos unas patatas en Fritland y nos las comimos en la Grand Place, sentados en un bordillo. Para cenar, comimos en BiaMara. Nos sobró mucha cantidad de comida, así que la pedimos para llevar y así cenar al día siguiente en el apartamento.

El corazón de Bruselas es la Grand Place, pero hay mucho más que descubrir en esta ambientada ciudad como la catedral de San Miguel y Santa Gúdula, el Mont des Arts, su famoso Manneken Pis y, por supuesto, el atomium. Os lo contamos todo en nuestro artículo de qué ver en Bruselas.

Día 2. Gante

Cogimos un tren a Gante desde la estación central de Bruselas y pasamos el día disfrutando de la ciudad. Hay mucha gente que hace Brujas y Gante en el mismo día y realmente, si no visitas nada, solo paseas, da tiempo. 

Nosotros en Gante queríamos visitar algunos monumentos, así que le dedicamos el día completo. Elegimos Gante la primera ciudad, porque al ir un viernes por la mañana, aún no entraban los descuentos del 50% de fin de semana. Gante está más cerca que Brujas o Amberes, por lo que el billete es más económico. Desde Bruselas a Gante hay unos 35 minutos en tren.

En esta ciudad monumental se encuentra una de las obras más importantes de Jan van Eyck: la adoración del Cordero Místico. Gante está coronada por 3 torres que dan aún más belleza a su centro, la de la catedral de San Bavón (donde se encuentra el cordero místico), la de la iglesia de San Nicolás y la del Belfort, el gran campanario. Consulta nuestro artículo qué ver en Gante.

Una vez de vuelta a Bruselas, fuimos dando un paseo desde la estación hasta nuestro apartamento, disfrutando un rato más del centro de la ciudad. 

Día 3. Brujas y el parc du Cinquantenaire en Bruselas

Repetimos rutina de ir a la estación central y comprar el billete para la excursión del día. Al ser sábado los billetes están al 50% y nos vamos hasta Brujas, que el trayecto es una hora y 10 minutos aproximadamente. El tren iba hasta arriba de gente, tuvimos suerte y entramos de los primeros, así que pillamos sitio, pero hubo muchísima gente que fue todo el trayecto de pie en el pasillo. 

En Brujas no visitamos el interior de nada, así que no tardamos mucho en verla (unas 3 horas tranquilamente), eso sí, aquí llevábamos varios sitios apuntados para comer imperdibles, lo queríamos probar todo. Compartimos un gofre de Otto waffle atelier y otro de Chez Albert. Para comer, unas patatas en FriBar Bruges. 

El casco histórico de Brujas está declarado Patrimonio de la Humanidad. Su época de esplendor fue el siglo XV y en la ciudad trabajó Jan van Eyck.

Pasear por sus calles; sorprenderse en la Grote Markt con el Belfort, un campanario de 83 metros de altura; dar un paseo en barca por sus canales, el Rozenhoedkaai y el Dijver o visitar alguno de sus museos, son actividades que no pueden faltar en tu visita a Brujas. No te pierdas nuestra artículo sobre qué ver en Brujas.

Cuando llegamos a Bruselas, nos fuimos caminando hasta el parc du Cinquantenaire. Tardamos una media hora y se pasa por el barrio europeo. El parque es enorme, estaba lleno de gente tomando el sol, haciendo picnics, niños jugando... además, justo debajo del arco había un festival de música. Estuvimos un buen rato dando un paseo y descansando. Nos gustó mucho. 

A la vuelta cogimos el metro hasta el centro y estuvimos paseando hasta que fuimos a cenar al restaurante Chez Leon, donde teníamos reserva a las 20:30 horas. Probamos los famosos mejillones con patatas y la carbonnade.

Día 4. Amberes, Malinas y el Atomium de Bruselas

Hoy toca el turno de Amberes. Igualmente compramos los billetes al 50% y nos subimos al tren que tarda unos 50 minutos en llegar desde Bruselas a Amberes. 

Entre sus imprescindibles destacan la Grote Markt, con el ayuntamiento y sus casas gremiales; la catedral gótica de Nuestra Señora, donde se pueden ver varias obras de Rubens; la casa taller de Rubens o el MAS, un museo dedicado a la ciudad. Es una ciudad que merece la pena, así que te animamos a descubrir más sobre qué ver en Amberes.

No pudimos visitar la casa de Rubens, porque estaba en obras y ya os digo que nos quedamos con las ganas. Es una ciudad muy bonita para pasear, nos sorprendió mucho. Creíamos que no nos iba a dar tiempo de visitarla, por lo que no llevábamos nada preparado, así que fue todo un descubrimiento. En Amberes ya estábamos hartos de comer patatas y comida belga y nos metimos en un KFC, así que aquí no os podemos recomendar mucho. 

A la vuelta a Bruselas, aprovechando que el tren hace parada en Malinas, decidimos bajarnos y dar una pequeña vuelta a ver que sorpresas nos daba esta ciudad. Es mucho más pequeña, pero si tenéis tiempo está bien para conocer otra ciudad de Bélgica. Nosotros nada más llegar nos sentamos a tomar algo fresquito en la plaza mayor y descansar un rato. Hicimos un pequeño recorrido por el centro y volvimos a la estación para coger el tren. 

Imprescindibles en Malinas son el campanario de la catedral de San Romualdo y la iglesia de San Juan, donde se encuentra la adoración de loas Reyes Magos de Rubens. Los beaterios, muy típicos de la zona, y los palacios renacentistas de Margarita de Austria y Margarita de York.

No te pierdas la esquina de Haverwerf con Kraanstraat, con pintorescas casas junto al río. Nuestro artículo completo: qué ver en Malinas.

Una vez en Bruselas, cogimos el metro para ir a visitar el famoso Atomium, que aún lo teníamos pendiente. Está un poco alejado del centro, pero en metro se llega genial y merece la pena acercarse para ver este gigante monumento.

Hasta aquí nuestra ruta por Bélgica, pero si tienes más tiempo para visitar el país o llevas un ritmo menos relajado, porque te apetece aprovechar aún más el tiempo. Existen otras opciones muy interesantes.

Lovaina

Lovaina está considerada la hermana menor de Bruselas. Es cuna de la Universidad Católica, una de las más antiguas del mundo, por lo que el ambiente está asegurado. La Grote Markt con la iglesia de San Pedro y su ayuntamiento, uno de los edificios góticos más impresionantes de Flandes; la Oude Markt, con las edificios gremiales; la universidad de Lovaina, las universidad católica más antigua del mundo; el Gran Beaterio, declarado Patrimonio de la Humanidad o la iglesia de San Pedro, donde se pueden ver dos obras de Dieric Bouts. 

La ciudad consta de cuatro abadías: las del Parque, Santa Gertrudis, Keizersberg y Vlierbeek. 

Se encuentra a solo 20 minutos en tren desde Bruselas, lo que la hace una excursión perfecta si no dispones de mucho tiempo.

Fuerte de Breendonk, campo de concentración nazi

Este lugar fue construido a principios del siglo XX, entre Amberes y Malinas. Si eres de los que les gusta conocer estos lugares y descubrir más de esta parte de la historia, por lo que nos han dicho este fuerte se conserva muy bien y en él puede sentirse toda esa mala energía de lo que allí ocurrió. 

Para ir tendrás que hacer trasbordo en la estación de Malinas y coger un tren hasta Willebroek o si lo prefieres, puedes contratar una excursión desde Bruselas con guía en español.

Waterloo

No es tan común, pero si te interesan estos temas, la batalla de Waterloo tuvo lugar el 18 de junio de 1815 y en ella se enfrentaron las tropas de Napoleón contra las del duque de Wellington. Después de 9 horas de batalla, los franceses se retiraron y Napoleón abdicó.

Waterloo se encuentra muy cerca de Bruselas y allí, podrás conocer los lugares más importantes de la batalla. 

Cómo moverse por Bélgica

En Bélgica las distancias son cortas y son muchísimas las alternativas que tenemos. Si has alquilado coche y quieres ir a tu aire, la capital de Bélgica se une con las principales ciudades del país mediante autopistas, por lo que conducir no te será complicado.

Nosotros nos movimos en tren. Los servicios son frecuentes y continuos, por lo que casi no hay que esperar para coger un tren y puedes moverte de una ciudad a otra sin problemas. Bélgica cuenta también con una importante red de autobuses.

Si has decidido viajar en tren, te recomendamos la app SNCB para mirar los horarios de los trenes y los andenes de los que salen. A nosotros nos resultó muy útil y si te resulta más cómodo, puedes comprar en ella los billetes.

A la hora de comprar los tickets, existen diferentes alternativas que tendrás que consultar para ver que te sale más rentable. 

Durante los fines de semana los tickets están al 50% (desde el viernes por la tarde, hasta el domingo por la noche). Nosotros al ir sobre la marcha y en fin de semana, nos aprovechamos de esta opción. No sabíamos las ciudades que íbamos a visitar, por lo que no nos atrevimos a comprarnos el standard multi. Finalmente, hicimos cuentas y nos salió lo mismo, así que nos hubiera dado igual una opción que otra.

El standard multi es un bono de 10 viajes que cuesta 96 euros (93 euros si lo compras en la app). Es una cartulina pequeña donde tienes que ir apuntando los viajes que vas haciendo. Se puede compartir entre varias personas, simplemente tendrás que apuntar varias veces el mismo viaje. Este bono es para viajar en segunda clase, que sinceramente, es igual que en primera.  El standard multi es para adultos desde los 26 años.

Si tienes menos de 26 años, el bono de 10 viajes se llama youth multi y cuesta 59 euros, 57 en la app.